13 de agosto de 2016

La vida es una, y corta, muchas veces más corta de lo que quisiéramos.
En el deambular de los días hacemos lo que creemos oportuno, sin poder dejar de ser blanco de jueces de la vida de otros que a menudo no resultan más que un escollo para el crecimiento individual.
"la única cosa que tenemos segura es que estaremos siempre con nosotros mismos" decía mi profesora de yoga.
yo sigo creyendo en cosas inmaduras, porque me niego a hacerme duro.
Siento las cosas muy profundamente, las buenas y las malas, y me gusta ser así. Me gusta estar cargado de sentimientos y poder dar validez a cosas que para otros pueden pasar desapercibidas.
Algunos, lo consideran una forma infantil de pensar, otros creen que dentro de esa madurez que se le supone a alguien de mi edad, hay cosas a evitar para no sufrir.
Pero, amigos, yo creo que ese sentimiento también es válido y es una opción a tomar.
Me niego a creer que las cosas sean tan simples como asumirlas o mirar para otro lado. Yo decido y quiero sentirlas.
Para bien o para mal.
Y me niego a negarme la felicidad, a no asumir que quizá a contracorriente, mi felicidad quizá es otra.
¿que hay una norma, que asumir o tragar es lo cotidiano? muy bien, yo no quiero esa norma, yo quiero vivir en mi mundo. ¿que no es este? me alegro, porque es el mío.
Y me gusta y lo quiero. y eso hace que yo sea yo, único e individual.
No te atrevas a juzgarme, atrévete a ponerte en mis zapatos.
Porque yo me he puesto en los tuyos y no soy juez ni parte.
Sigo creyendo en mí y en que todo va adelante, que puedo y que debo ser feliz, y yo decido cómo y cuándo.
Ahora toca elevarme, toca subir de la ceniza, recoger mis pedazos y pegarlos todos, de golpe. Porque así debe ser.
La felicidad es efímera, pero nosotros lo somos más.
Ahora, a descansar, que está por delante una vida.

9 de agosto de 2016

me voy a dormir en noche calma
añorando su sonrisa.
Hoy, querido diario, me he anotado un tanto,
me he vuelto fuerte y he visto colores donde antes veía en blanco y negro, he conseguido soñar despierto sin necesidades superfluas, y he ayudado a un amigo.
Le echo de menos y eso me guía.
Leí una frase que me ha gustado "a veces los caminos equivocados nos llevan al destino apropiado"
Me bañé en un lugar secreto, me reencontré con un viejo amigo y pensé en mí.
Querido diario, ha sido un dia agotador, pero lleno de vida,y estoy deseando dormir para que mañana sea aún mejor.
Me llevo alegría a la cama, que buena falta me hacía, y me llevo las ganas de seguir como estoy, disfrutando de esto que necesitaba hace tiempo, que es disfrutar conmigo mismo.
Me dió tiempo de plantearme algo de mi vida, y descarto convertirme en un ermitaño que vive en su casa alejada del mundo comiendo raíces y popos de animales silvestres.
He decidido, querido diario, que las cosas estan bien asi y no hay que acelerar nada, que el tiempo y las ganas van tomando su terreno en la vida.
Comí en mi restaurante favorito, me reí mucho y me metí decidido en agua fría. No son grandes cosas, pero eran las que me apetecía hacer.
Ahora me voy a la cama, esperando ser lienzo de Ewan McGregor en The Pillow Book, y que el tiempo me pinte y quizá me desdibuje lo que quiera en mi piel.
Me quedo así porque, querido diario, lo necesito y quiero.
Y lo mismo que voy a dejar que el mosquito que me acaba de picar siga vivo en mi habitación, dejaré rodar el molino del tiempo, cuya rueda oxidada merece que la dejen rodar según le llega el cauce del agua del río, de ese río de piedra sobre el que un día me senté y lloré y en el que hoy me sumerjo para dejarme llevar por su corriente.
Te acercaste a vengarte de mi tristeza y a disiparla.
Con tu mirada de pillo y tus ojos chispeantes,
tan sólo un susurro y me llevas a otro mundo.
Y yo sigo aquí, contemplando reliquias, moviendo abalorios y dejándome hacer.
Ver pasar el tiempo para llenarme de ti, para ser tu hombro y agazaparme al tuyo.
Dichosos labios que saben a miel,
quien pudiera relamerlos ahora...
Viniste a sacarme del blanco y negro y llenarme la vida de colores.
Con tu mano en la mia me llevas, por el camino trazado con ganas.



Volverán a caer, otro año más.
Sobre nosotros. Sobre ti y sobre mí.
Como lo hacen desde hace tiempo, incluso mucho antes de que nuestros cuerpos existieran.
Y esta vez compartiremos el cielo, de alguna forma lo haremos, porque es nuestro cielo.
Y caerán una a una, de dos en dos, o todas a la vez, ¿qué más dá?
Estaré recibiéndolas en el porche, con las luces apagadas, sin casi moverme, sin casi respirar, mientras se escucha el sonido del viento y de las hojas de los árboles que se mecen. Y algún grillo que se atreva a romper la quietud.
Y tus ojos brillarán con el destello de cada una, mientras yo los imagino, porque no están cerca.
Esperaré a que amanezca y la luz ya no deje verlas, en una noche calma de agosto, mientras tu respiras lejos, el mismo aire, mientras las Perseidas fluyen en el cielo y parecen caer. Miles de deseos que se excitan en la oscuridad y que desaparecen al alba.
Volverán a caer, otro año más,
y tu no estarás para abrazarme mientras pienso que alguna podría alcanzarme.