18 de noviembre de 2010

Un poco perdido, un poco encontrado

A veces me siento perdido, a veces ni me encuentro.
Llevo un año en busca y captura de mi mismo, no es fácil cuando uno se persigue y no se encuentra.
Pero comienza la época de esfuerzos, prometo rebuscarme, y no parar hasta hallarme.
Muchos me han pedido que pare, que respire, que siga un camino orientado por ellos, pero ya sabéis que soy como un potro que a veces se desboca y luego encuentra su camino. Este camino, no siempre compartido, pero muchas veces correcto.
Echo de menos muchas cosas, a muchas personas y muchos lugares y momentos, pero ha llegado la hora de poner segunda, el ralentí ya se recalentó y busco maneras de saber frenar cuesta abajo y acelerar en las curvas.
Sin cambiar de coche lo conseguiré, aunque ahora parezca lento conseguiré llevar mi carruaje a máxima velocidad, con ayuda de todos, con ayuda de todo, con ayuda del mundo, del tiempo, de la vida, o quizá en contra de todo.

3 de febrero de 2010

De vuelta a un mundo normal

A veces en plena noche planteo mi existencia.
No, no es nada malo, lo sería si no estuviera acostumbrado.
Ahora, vuelta a la normalidad.
Lo necesito.
La inactividad me vuelve loco.

A veces en pleno día nos planteamos nuestra existencia.
Y no, no es nada malo, es como debe ser.
El curso de la vida te lleva a depender de las cosas banales,
como el trabajo, los amigos, los quehaceres diarios, los hobbies.
Vivan esas adicciones!!!

Yo ahora soy adicto a vivir y tener energía suficiente para llegar a la primavera.
La primavera se encarga del resto.
Me motivo, me llena, me alegra.

Ahora, golpe de frente, vuelta a un mundo hostil.
Durará poco y lo sé, mis expectativas ya están encaminadas a algo mas.

Por la noche no duermo, no, pero pienso
y creo que ahora es el mejor momento de dar el salto.

Ese salto que he tardado tanto tiempo en dar porque no tenia fuerzas para tomar impulso.

31 de enero de 2010

¿dónde ha quedado ese abrazo?


Te fundiste en mi
en plena primavera.
Retoños de pequeñas plantas nos acariciaban al pasar.

De la mano fuimos durante el verano
y soñábamos juntos mientras las flores brillaban
bajo un sol abrasador.

Las hojas caían en otoño
pero nuestras miradas aun estaban calientes
mientras el viento comenzaba a llegar frío del norte.

Luego tu abrazo no estaba
tu mano no se acercaba a la mía
tu mirada estaba perdida.
Era el invierno, que llegaba a nosotros.

¿triste? ni siquiera podría decir que si... tan solo que llega una nueva primavera
y las flores se empiezan a preparar, el sol me espera y las hojas caídas las podré pisar junto a alguien
que recorrerá todo el año conmigo, aunque sople el viento mas fuerte.

Porque nuestro problema no fue aquel viento frío
ya que ambos sabemos
que si nos hubiéramos abrazados
ni el viento helado
ni el sol abrasador
ni la lúgubre luz del otoño
ni la nieve que quiebra en invierno
habría podido con nosotros
si hubiéramos estado abrazados.