25 de mayo de 2009

La góndola

Nunca me he preguntado cómo sería posible que te llevaran las góndolas, o lo cómodo de ir en ellas hasta tu casa, o ir a comprar el pan subido en una de ellas.

Lo que sí me he preguntado es cómo te llegas a acostumbrar a ellas.

 Hasta hace unos años en los sitios que ni siquiera llegaba el agua corriente, ir a por agua a la fuente era el modo de vida, y pocas veces cuestionada si hubiera otra forma de sobrellevar esa carga.

Todavía donde se vive de otras maneras, esas cuestiones sobran, parece que te acostumbras a esa forma de vida y tampoco necesitas pensar en una mejora.

Una mejora que no piensas, ese es el gran dilema en el que sí pienso.

¿Es mejor vivir como siempre, dejando que cada vez que salga de casa necesite esa góndola, o necesito, por el contrario, vivir en un lugar donde pueda llegar a todos los lados a pie?

¿mejor malo conocido que bueno por conocer?

Yo no quiero dejar de usar la góndola, pero tampoco quiero depender de ella.

Ya, creo que me acostumbré.

¿o si estabas?

No sé si estabas o no
porque no te vi
apenas te sentí
pero no fue suficiente.

Estabas oculto
quizá
porque quise creer que allí estabas.

Si te sentí era porque quería sentirte
ahora que lo pienso
no sé dar una respuesta
sobre si me seguías
o ya habías emprendido tu camino.

No sé si quiero que estés
donde estás ahora
o prefiero que hubieras estado
donde dices que te encontrabas.

De todas formas
no te vi
sí, te sentí,
pero eso no es nada nuevo, 
te siento en todos los sitios...

tribulación

tribulación.


(Del lat. tribulatĭo, -ōnis).


1. f. Congoja, pena, tormento o aflicción moral.


2. f. Persecución o adversidad que padece el hombre