9 de agosto de 2016


Volverán a caer, otro año más.
Sobre nosotros. Sobre ti y sobre mí.
Como lo hacen desde hace tiempo, incluso mucho antes de que nuestros cuerpos existieran.
Y esta vez compartiremos el cielo, de alguna forma lo haremos, porque es nuestro cielo.
Y caerán una a una, de dos en dos, o todas a la vez, ¿qué más dá?
Estaré recibiéndolas en el porche, con las luces apagadas, sin casi moverme, sin casi respirar, mientras se escucha el sonido del viento y de las hojas de los árboles que se mecen. Y algún grillo que se atreva a romper la quietud.
Y tus ojos brillarán con el destello de cada una, mientras yo los imagino, porque no están cerca.
Esperaré a que amanezca y la luz ya no deje verlas, en una noche calma de agosto, mientras tu respiras lejos, el mismo aire, mientras las Perseidas fluyen en el cielo y parecen caer. Miles de deseos que se excitan en la oscuridad y que desaparecen al alba.
Volverán a caer, otro año más,
y tu no estarás para abrazarme mientras pienso que alguna podría alcanzarme.

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