25 de marzo de 2006

La espiga

El sol te tiñe
pero eres amarga.
El viento te curte,
por eso no no te tengo,
a ver si aprendo.

Te dejo en el campo,
"¡¡ nunca mas vuelvo !!"
y luego no puedo abandonar
tu recuerdo,
porque no te tengo.

El sol te tiñe
desde que eres verde
y el viento te lleva.
El viento te destiñe,
hasta que te secas y aprendes.

Te abandono en tu campo,
espiga cautiva,
de altura estilosa,
espiga que partida
ya no es lechosa.

El sol ya no te curte,
ya hizo su trabajo,
secarte.
Y el viento mece tu altura,
de arriba a abajo.

El campo tiene cientos
de espigas secas ya.
Por eso no te mueven los vientos
y al sol no interesas
mas.

Solo si fueras frondosa
y te dejaras mecer,
si el viento te cobijara
y el sol te templara,
espiga lechosa,
te querría coger.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una pasada de poema.
Desde que empezamos a ser utiles hasta que dejamos de serlo. De cómo el viento y el tiempo nos va cambiando, nos vamos formando, hasta que nos secamos y ya no nos recuerda nadie, nadie nos quiere ya, porque somos inservibles...
Un besote enorme

Anónimo dijo...

Poema triste transmitido con arte, ole tus sentimientos Musus.

Anónimo dijo...

He oído el viento entre las espigas tantas, tantas veces en mi pueblo, en esos veranos secos, rudos, toscos, tan estridente el ruido chocando unas contra otras... que seas espiga y choquemos Tximo... es precioso