9 de febrero de 2006

El precio de mi vida - Parte 4


Hicimos el amor durante una hora, como hacía tiempo que no lo hacíamos. Recordé el olor de su cuerpo, la suavidad de sus manos sobre mi espalda mientras lo hacíamos sin descanso. Ajenos a todo lo que sucedía a nuestro alrededor, los dos sucumbimos al placer en el mismo momento.

-La última vez no me hizo falta ningún arma para excitarte.
-La última vez sólo usaste tus armas de mujer fatal.

La chica de rojo y negro volvió a colocarse las ropas una vez que nos duchamos. Cuando salí de la ducha, ella estaba tomando un Martini con limón en la terraza y había preparado un gintonic para mí.

-Cuéntame qué te trae hasta aquí después de tanto tiempo. – La pregunté, mientras me ponía una nueva camiseta.-Te creía desaparecida ya.-sonreí.
-Me han informado de que te han vuelto a localizar. ¿Es cierto?
-Así es,- respondí apesadumbrado –creo que me he caído con todo el equipo. Ni siquiera creo que esta casa sea segura ahora mismo.

Miré hacia abajo desde la terraza. La calle estaba en silencio. A lo lejos, los tejados de las casas bajas que me rodeaban y aún más lejos la luna empezaba a reflejar su luz sobre las aceras. Detrás de mí, Sara me acariciaba en silencio.

-Tenemos que irnos. Estás en peligro. ¿Dónde te lo han puesto?
-No lo sé. Vamos al laboratorio y que lo busquen.
-Claro. Eso no sería difícil si el antiguo laboratorio estuviera en pie..
-¿cómo?
-Si-dijo mirándome a los ojos- voló por los aires hace una semana.

El viejo laboratorio era un piso en el centro de la ciudad que había sido designado a recoger toda la información que pudieran suministrarnos los diferentes contactos, y, tras varios años en funcionamiento, contaba con las tecnologías más avanzadas, desde lectores de microchips hasta concentradores de datos encriptados.

Sara se puso de pie, yo siempre confiaba en su sexto sentido con el que su naturaleza femenina la había dotado. Miró hacia la puerta y dejó su copa en la barra.

-¡Vamos!- dijo- y nos apresuramos hacia la puerta. Abrió poniéndose delante de mí de salvaguarda y avanzó hacia la derecha del pasillo. Yo la seguí, sin saber exactamente donde quería llegar. Dejamos la puerta entreabierta y nos fuimos hasta el final del pasillo de la derecha, donde se encontraba una entrada en la pared donde nos refugiamos. Unos segundos después tres sombras armadas aparecieron. La chica de rojo y negro montó su arma corta y la dejó junto a su pantorrilla, agarrada por las dos manos.

Las tres sombras buscaron por el pasillo y una de ellas se dirigía hacia nosotros peligrosamente. Nos estampamos contra la pared y guardamos la respiración mientras escuchábamos los pasos dirigirse hasta nosotros.

-Ey chicos- dijo la sombra que se dirigía hasta nosotros- debe ser por el otro lado.
-Esta es- dijo otra sombra, susurrando

Empujaron mi puerta y entraron los tres.

La chica de rojo y negro y yo nos deslizamos hacia las escaleras. Salimos corriendo hasta el portal, esperando que hubiera alguien más esperando. En efecto desde la primera planta vi un gorila postrado contra la pared del portal.

-Un segundo- dije a Sara- vayamos por la puerta de las basuras.

Confiando en que nadie nos esperaría en la parte trasera del edificio, salimos por la puerta de emergencia que daba al cuarto de recogida de basuras de la comunidad. Era apestoso pero seguramente nos salvaría de los tipos armados.

Salimos hacia la calle en busca de la furgoneta que tomé prestada en la nave industrial pero mi acompañante sacó unas llaves de otro transporte.
En unos minutos estábamos dentro de un Lamborghini Vampiro amarillo, conducido por la chica de rojo y negro, dejándonos embriagar por sus 580 caballos, en busca de la localización del nuevo laboratorio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué envidia ... yo quiero ser el protagonista de la historia. Nos vas a dejar asi todos estos días???

Anónimo dijo...

Si es que, siempre nos dejas con la miel en los labios jejejejeje
Me encanta esta historia :)
Que sera lo que tiene y donde jejeje
Un besuco
Te quiero mucho

Anónimo dijo...

Ufff se me olvido, que si, que he leido esta otra gota, solo que me olvide ponerte un mensajito.

A la malvado que tengas un buen fin de semana.

Besotes a gogo.