4 de abril de 2006

Sandías con sandías, melones con melones.


Noche estrellada.
Luna de caramelo.

Amaneceres limpios,
aire de terciopelo.

Tu cama es mi piel.
Mi pecho,
tu almohada.


Sandías, melones.
Amor a raudales.
Encuentras los frutos
en todos los lugares.

Mar azul,
montañas verdes.
Cielo de puntos distantes
tan cercanos.

Cama con tul,
aire, enseres,
puntos candentes,
en la noche. Adagios.

Sandías, melones.
Amor a raudales.
Encuentras los frutos
en todos los sitios.

Esencia de parra aun nueva
retoños de rosas
pendientes.
Sal y azucar en el almendro.
Y te extraño.

Amor fresco y lozano.
Tu mano en mi mano,
tinto de verano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ummm, precioso, transmite una especie de sabor a amor, extraño pero creo que conocido por todos. Precioso. BSS desde Muskiz.

Anónimo dijo...

El frescor y el dulzor de las sandias.
Las inagotable fuente de vitamina c de los melones.
El poder de saciar la sed de ambos.
¿Porqué no combinarlos?Como dos mitades, como el día y la noche, como el ying y el yang.
Gracias, un beso