6 de septiembre de 2006

Neuroimagen

Un estudio reciente muestra cómo nuestro cerebro activa dos regiones, prácticamente en desuso en otras ocasiones, cuando preveemos que algo malo va a suceder.

Estas regiones nos obligan a revivir la situación que se avecina aunque en realidad no esté sucediendo ni nunca haya sucedido antes.

Es increible lo poderoso que es el miedo a que algo suceda.

Podéis leer más sobre este tema en un artículo cortito pero muy interesante en http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud
/2006/09/05/neurociencia/1157474386.html


Yo ayer sentí miedo, miedo porque estuve viendo hasta el final Queer As Folk y me quedé sorprendido con la historia de Michael y su vetusto novio, los que lo hayáis visto supongo que os quedasteis sorprendidos como yo.
¿Cómo puede ser que en la vida real sea exactamente igual?
¿Porqué coño no puede haber en este mundo una pareja fiel?

Yo personalemente antes de conocer a Raúl estaba escaldado de conocer a gente metida en el mismo saco. Me dije que no más relaciones, que no más conocer a nadie que me pudiera hacer "tilín" porque ¿para qué?

Afortunada-desgraciadamente para mi forma de pensar en ese momento le conocí y empezamos algo que ya va viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela un velero mercantín.

Afortunadamente porque estoy contento de estar con alguien tan maravilloso, que me escucha, me mima, desgraciadamente porque yo debo tener una de mis hipocondríacas anomalías en el cerebro y las dos zonas esas de las que habla el estudio no dejan de mermarme las ganas de todo.

Dice un provervio que no hay que construir el puente antes de llegar al río, pero yo tengo construidos 6 ya, por si acaso. Y es que no es bueno haber tropezado tanto en la vida, porque te resta posibilidades de lanzar tu confianza.

Yo confío, no hay duda, pero diversos actos que uno ve le hacen pensar en lo seria y real que puede ser la relación que mantiene.

Si no confiara no estaría en pareja, si no estuviera agusto escaparía de esta realidad, de hecho sé lo bien que estoy a pesar de que a veces a uno le asalten algunas dudas existenciales, se sienta sólo, no valorado, y un largo etc que las personas con nuestra baja autoestima sentimos de vez en cuando.

Mi pregunta es la siguiente. ¿Tengo que temer o lanzarme al vacío?

Cuando he temido no he disfrutado
Cuando me he lanzado al vacío me he roto algún hueso que otro.
¿Qué hago?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo siempre me lanzo al vacío. Estoy vivo para disfrutar, es de lo poco que tengo claro, y aunque conseguir esto suponga arriesgarse a romperse algún hueso, la perspectiva de la recompensa lo puede todo.

Con el sentir hay que ser ambicioso. Siempre. Que de todo se aprende.

Un besito, y mándale otro a Raúl, que hace mucho que no hablo con él :)

Anónimo dijo...

Lanzate nene, si eso solo un coscorron, pèro el Rau, como se llama el, es un buen tio. Enga que se lance que se lanceee...
Por cierto si te vienes paca, avisa y quedamos pa tomar algo y cotillear y a ver bilbo o mejor Muskiz que es precioso jeje.

Musus y pasa uno de los 6 puentes, no te arrepentiras veras.